El amor y sus mil caras
El mes del amor ha llegado y ya podemos ver toda la parafernalia propia en tiendas, restaurantes y oficinas; publicidad en internet, televisión y radio, vaya, la mercadotecnia a todo lo que da.
Filósofos, psicólogos, poetas y escritores han tratado, desde el inicio de los tiempos, definir el amor. Entre todas sus conclusiones, yo me quedo con este lugar común: «El amor es la fuerza que mueve al mundo». ¡Porque es cierto! Es el causante de muchas de las decisiones que tomamos en la vida; el amor nos hace sentir plenos, felices y conectados con los demás.
Amor, amor, amor.
El amor se da de muchas formas. Veamos:
-Fraternal o filial. Es el amor a nuestra familia, a nuestros padres, hijos, hermanos. abuelos, nietos, etc. Es la primera clase de amor que recibimos y damos. De la calidad del mismo en nuestra infancia dependerá mucho nuestra forma de apreciar el amor en la adultez.
-Maternal. Este merece mención especial, porque es el único que podemos considerar incondicional. Seas como seas, hagas lo que hagas, tu madre te va a amar siempre y nunca te va a pedir nada a cambio de su cariño.
-Romántico y erótico. Aquí si hablamos del amor de pareja, ese que nos hace ver estrellitas y sentir mariposas en el estómago por otra persona. Ese que comienza con lindas palabras, hermosos detalles, maravillosas acciones, todo por hacer sentir especial al otro, y que poco a poco evoluciona buscando más intimidad, no solo de almas, sino involucrando el cuerpo. Puede ser una de las más grandes expresiones de amor.
-A uno mismo. El más importante, y no, no tiene que ver con un egoísmo mal entendido. La primera persona a la que tenemos que amar y aceptar es a nosotros mismos. No podemos compartir lo que no tenemos, punto.
Amémonos, amemos, y seamos felices por ello, que a eso venímos al mundo.
Hay dos puntos que quisiera comentar. El primero es la importancia del amor propio. Para todos los que tenemos una Fe que tiene a Cristo como base, vemos que nos deja un mandamiento muy difícil «amarás a tu prójimo como a ti mismo» ¿cómo pretendemos amar a los demás si no nos amamamos? Como bien dices, uno no puede dar lo que no tiene.
El otro punto es que, junto a amor maternal debe añadirse amor paternal.
Qué gusto tenerte de vuelta por acá. Y sí, tienes toda la razón también hay amor paternal. Muy importante por cierto.
Un abrazo