Vamos a usar la imaginación
Según Wikipedia la imaginación (del latín imaginatĭo, -ōnis) es un proceso superior que permite al individuo manipular información generada intrínsecamente con el fin de crear una representación percibida por los sentidos de la mente.
Y ¿Esto qué significa?
Que somos capaces de crearnos un mundo para nosotros solos, que podemos alcanzar el mismo cielo si así lo deseamos. Todo aquello que queramos será nuestro. ¿Algo nos estorba o nos hace infelices? se va. Podemos si queremos caminar sobre el mar o volar como un águila.
Es infinito el poder de la imaginación. Y aunque los ejemplos son tal vez un poquito exagerados, son para ilustrar que la imaginación no tiene límite. En la infancia la tenemos súper desarrollada, pero al volvernos adultos, desafortunadamente la hacemos un lado.
Usar la imaginación para motivarnos.
En este mundo tan ajetreado, dónde la rutina nos atrapa, los problemas nos absorben y la adultez nos pesa, no tenemos un minuto para dedicarle a cultivar nuestra imaginación y si lo hacemos, es para imaginar desgracias, malas noticias etc.
¿Por qué no hacemos un ejercicio de imaginación, pero de esa que le hace bien al corazón?
¿Si nos tomamos los minutos antes de dormir, que normalmente los ocupamos para pensar en los problemas de día siguiente, y los usamos para imaginar la vida que queremos? Seguramente que dormiríamos más tranquilos y despertaríamos con ánimos renovados. Y sobre todo motivados para tomar acción.
Es difícil, lo sé por experiencia, sobre todo cuando hay situaciones que nos rebasan, sin embargo hay que poner un poquito de esfuerzo y voluntad, y no pensar que lo que imaginamos es tonto o ridículo.
Que tal si en una de esas lo que imaginamos y soñamos se vuelva realidad.
“Si lo puedes soñar, lo puedes lograr”
Walt Disney
También eso me consta
No dejar de soñar. De construir castillos en el aire. Y luego, con trabajo y constancia, hacerles cimientos debajo. Esa es la ruta.
Así mismo Don Gonzalo.
Abrazo
No dejas de soñar porque te haces viejo. Te haces viejo porque dejas de soñar.
Así tal cual mi querido Héctor 🙂