Un amor de película

Por Cris Mendoza

Según el cine, todos deberíamos tener un amor de película. Porque, ah, qué bonitos son esos meet cute o encuentros mágicos entre chico y chica. No podemos olvidar que en esas historias siempre hay algún inconveniente que pone a prueba cualquier sentimiento y, si salimos victoriosos, tendremos la gran recompensa: el happy ending.

Todos crecemos con estas ideas en la cabeza y, de alguna forma inconsciente, nos apegamos a los modelos que vemos ahí: queremos ESO. Ya saben, la chica súper fiel, guapísima (rubia), que es buena onda y nos prefiere a nosotros por sobre el (tarado) tipo popular o el caballero que cruzaría océanos con tal de darnos una flor (y su flor, por supuesto) únicamente a nosotras, las plebeyas.

Y culpamos a Disney si las cosas no salen bien, ¡nos metieron basura en la cabeza! Porque nos dijo que ese es el amor… ¡así tendría que ser el amor! Pero no lo es.

Cada quien su historia

Creo que lo más común en el denominado daño emocional es el cuento de hadas que películas como Tienes un E-Mail, Cuando Harry conoce a Sally, Sweet 16, etc., nos mete en la cabeza. Pero también han llegado películas como A él no le gustas tanto que pretende sacudir a las chavas para decirles que, “no, mi chava, no es así”, aunque la cinta termine justo en el final feliz.

Por otro lado están esas películas más reales aunque dolorosas. ¿Quién no odió a Summer en 500 días con ella por decir la verdad: “con él sí me pasó y contigo no”? ¿O qué caballero no salió al baño a moquear con Blue Valentine mientras repetía para sus adentros “el amor apesta”?

Porque también están las historias en donde la mujer es dominante y loca y los hombres corren a subrayar con rojo y plumón grueso que las mujeres están locas y las mujeres vemos en pantalla grande cómo ese hombre es infiel y entonces todos tienen que serlo. Nos vamos a los absolutos porque la vida es así: nos lo dicen Nancy Meyers o Wong Kar-wai

Buenos y malos, fantasía rosa o terrible situación.

¿Será esa la realidad?

El cine nos refleja las relaciones buenas y malas pero también nos da (en muñequitos o con gente real) esas fantasías que todos soñamos. El cine es una manera de desahogo amoroso, de cura y de fe. De fe en que sí, también nos pasará a nosotros.

En 1999 Nancy Peske y Beverly West publicaron un libro que se llama Cinematherapy: The Girl’s Guide to Movies for Every Mood en el que repasaban cada estado de ánimo femenino y recomendaban una película para cada ocasión y proponen al cine como la terapia perfecta contra todo mal.

El cine es una terapia, sí, pero también puede ser una trampa. Ahí podemos ver realizados nuestros sueños más sexualmente perversos pero también los idílicos. La cosa es que tenemos que aprender qué es fantasía y qué realidad.

El amor de película es real siempre y cuando sea por ratitos… porque el amor real es imperfecto. El meet cute no siempre sucede debajo de la lluvia, hay veces que nos pasa en el salón de clase a tierna edad o en clase de zumba bañados en sudor. El muchacho uno o dos o tres quizá no sea el adecuado y la lista podría sumar más de 20 como en la película Contado a mis ex y aún así no vemos por ningún lado al adecuado. Y nos desesperamos, ¿¡por qué a mí no?! ¿¡Por qué a mí no ASÍ?!

El cine es un sueño que se nos regala pero no es una realidad que se vive. La vida es infinitamente mejor porque dura más de 120 minutos. Es en 3D y está llena de imperfecciones.

Así que mientras veamos una de las entregas de Bridget Jones pensemos que son carcajadas puras y que nuestro Darcy quizá no use suéter de reno sino camiseta de videojuegos.

Hagamos que el cine sea fuente de inspiración no de idealización porque si no, podremos llegar a ser muy desdichados. Vernos reflejados nos puede dar paz pero también ver esas historias perfectas pueden llenarnos de ansiedad. Nosotros elegimos. Nos merecemos un amor de película, sí… pero un amor real.

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Y como me imagino que les gustaría leer más sobre los diferentes tipos de amor en estos tiempos, las invito a leer sobre el amor sin compromiso en el siguiente blog https://misslabellemx.com/2018/02/14/elamorsincompromiso/