Frida y Zapata ¿Nos representan?


Frida y Zapata

Dos personajes mexicanos polémicos que, amados por muchos, odiados por otros tantos. ¿Nos representan realmente como mexicanos?

Eché a volar la imaginación y los puse a platicar en una cantina:

Una cantina de otro mundo

México, Zapata, Frida, 16 de septiembre, Independencia

Crédito: Pinterest

 -Quién me lo iba a decir Fridita, volverla a ver después de tanto tiempo. Era usted una niñita el día que Don Guillermo me fotografió.

-Es cierto mi general, rozaba los 9 años y estaba intentando adaptarme a la limitación en mi andar, pero  me gustaba acompañar a papá aunque tuviera que arrastrar la pierna. Debe saber que conservé la foto, lucía usted  poderoso, pero de mirada amable, el bigote le otorgaba gallardía y ese traje charro le calzaba muy bien.

-Gracias Fridita. ¿Gusta usted otro tequila? Esta cantina sí que es de otro mundo ¿Vio la variedad de tequila y mezcal? Según me cuentan otras almas, beberlos ahora no sólo es de plebes, me parece un triunfo revolucionario.

-Eso suena muy gracioso Don Emiliano, pero hablando con seriedad ¿sabe que después de aquel 10 de abril del 19, se convirtió usted  en un ícono?

-Sí, sé que después de mi muerte pasé de bandolero y villano a héroe y mártir de la revolución, pero la verdad es que no sé si merezco el mote. Hice por mi país lo que mis principios y el corazón mandaban, pero sólo fui un campesino que apenas terminó la primaria, que gustaba de las mujeres, del baile y el cognac francés, que acá entre nos fueron aliados para soportar los horrores de la guerra. Un hombre común en una situación extraordinaria, con un montón de pecados y muertos en la espalda.

-Tengo el mismo sentir Don Emiliano, también sobre mí han puesto la responsabilidad de ser un símbolo mexicano. México, Zapata, Frida, 16 de septiembre, IndependenciaImagínese, “la encarnación del feminismo” dicen. ¡Qué feminista iba a ser yo! Qué feminista podía ser si a los 16 ya andaba echándole el ojo al viejo de Diego; si maldije hasta el último día de mi existencia a aquel tranvía del demonio, que en su embestida me quebró como a un florero e inutilizó para siempre mi útero.

-Pero su arte Fridita, su arte ha traspasado fronteras. Tantas pinturas suya tan coloridas, un poco raras sí, pero ahora tan apreciadas.

-Reconozco Don Emiliano, que mi arte fue lo que me salvó de la locura, descubrí que el dolor se podía pintar y así amainar la pena. Lo de mi folklórica apariencia y obra de arte popular fue más idea de Diego. Ese cabrón hizo de mí lo que quiso.

-Lo ve Fridita, nos convertimos en aquellos que han sufrido y muerto para trascender, como históricamente ha de ser el mexicano: oprimido, desvalido o humillado, pero al que nadie le gana. ¡Ah qué mexicanidad tan mal entendida dee símbolos sobrevalorados!

-No puede usted estar más lleno de razón Don Emiliano, en pleno siglo XXI, qué importante sería reinventar la esencia mexicana, usar el pasado no como lastre, sino como herramienta para abrirnos a este que ahora llaman “mundo globalizado”.

Salud Don Emiliano

-Salud Fridita

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.