«Parece que fue ayer», qué lugar común para describir la velocidad en la que el tiempo se abalanzó sobre mí.
Entre ayer y hoy caben 60 meses.
Ayer estrenaba mi estatus de cincuentona, hoy estoy a la mitad del camino para alcanzar el nivel de sexagenaria.
Entre ayer y hoy hay una batalla ganada a la menopausia, una misión maternal cumplida y un viaje a París. Lágrimas, despedidas, una novela escrita, caminatas en la playa, letras en proceso y nuevas amistades. Estrés laboral, una pandemia y el miedo a la muerte. Libros, conciertos, pasiones vestidas de encaje negro, libertades con sabor a triunfo, cálculos renales y una cirugía.
Estas luces y sombras, que viven entre ayer y hoy, me regalaron un prisma colorido de experiencias que hicieron de esta temporada un juego perfecto.
Hemingway decía que el talento consiste en cómo vive uno la vida. A mis 55 años, soy el resultado de mis logros, fracasos y decisiones tomadas en cada etapa de mi existencia. Bueno o malo, abrazo mi talento.
Hoy lo celebro con la melena entintada, un vestido nuevo y la sonrisa cereza. Lista para el siguiente “parece que fue ayer”.
¡Feliz cumpleaños a mí!