Escribir es más fácil cuando sientes

Pareciera que es el mismo texto de días atrás, pero no.  Es está la continuación al relato de mi experiencia en el taller de escritura.

Como les conté tuvimos que escribir dos textos relacionados con la Friendzone. El primero de ellos desde la posición del Frienzoneado, sino lo leyeron aquí se los dejo.  El otro, desde el punto de vista del Friendzoneador, que normalmente es el maldito ¿no? pero que igual no es un papel fácil, lastimar a alguien no es divertido.  ¿Qué fue lo que salió de mi pluma ?  Les comparto.

La cobarde

Me dió la bienvenida a mi primer día de trabajo, me mostró todos y cada uno de los rincones de la oficina. Una vez instalada en mi escritorio me dijo -Lo que se te ofrezca estoy a tus órdenes.-

Me sentí agradecida por tanta amabilidad, había muchas personas y todas se sentían frías y distantes.

-Ya es hora de comer, ¿quieres ir conmigo para que sepas de los lugares cercanos?-

-Ay sí por favor.-

De verdad que era atento e muchacho, me ayudó mucho a adaptarme.´

Con el pasar del tiempo me di cuenta que en realidad, el ambiente de trabajo era en general muy relajado, así que la convivencia entre todos fluía sin obstáculos. Sin embargo después de unos meses comencé a notar que me veía con ojos distintos, como decía mi abuela, «con ojos de borrego a medio morir». Y se volvió todavía más amable y servicial.

Los cierres contables de mes eran una pesadilla, mucho trabajo, poco tiempo y largas noches. Yo no tenía que decir mi alma, porque ta tenía café, o un sandwich, o una botana o un refresco, para que «no pases hambre» me decía.

-¿En qué te ayudo? ¿Necesitas algo?-

Yo veía sus ojos azules y su magnífica sonrisa y me derretía de ternura.

Después de un año, un buen día lo vi entrar a mi oficina con un ramo de rosas rojas y dos libros. Me apaniqué, muy dentro de mi sabía que era lo que iba a suceder y lo que iba a decir.

Con un nudo en la garganta y fingiendo al mismo tiempo una gran sonrisa le dije

-Wow ¿quién es la afortunada? ¿Me cuentas al rato? Tengo una junta-  y abandoné apresurada la oficina.

Fui la más cobarde por no decirle de frente que lo quería, pero solo como amigo.

Sin duda que las cuestiones de amor no son fáciles cuando alguno de los dos no es correspondido.

Espero que les haya gustado. ¿Alguien hizo algo así alguna vez?

Esta es la foto oficial al final del taller.