Un abrazo: Sustituto de palabras


Abrazo

abrazo, abrazar, día del abrazo, amor, cariño. Un abrazo habla. No sólo habla, grita sin decir una palabra. Cada abrazo tiene un mensaje secreto que se descifra con el lenguaje del cariño de quienes se abrazan.  Un abrazo es como tener esos cinco minutos de sueño después de que suena el despertador.

Cuando niña, un abrazo de mis padres me aseguraba que la rodilla raspada sanaría y que a pesar de que al crecer yo fuera más alta que ellos, sus brazos alcanzarían a ceñirme para curar mi espíritu roto, para asegurarme de que todo estaría bien.  Abracé a mis hijos pequeños para perpetuar su olor en mi nariz, para protegerlos de los monstruos que se escondían debajo de la cama y para intentar ahuyentar sus fiebres de media noche. También los apreté muy fuerte contra mi pecho, no para pedirles que se quedaran, sino para requerirles que volaran.  Los abrazo cuando están y los abrazo a la distancia. Un abrazo es medicina, refugio y trampolín.

Los abrazos entre mis hermanas gritaban complicidad por no haber delatado quién rompió el florero y ahora forman un team back para planear la estrategia de rescate y apoyo cuando alguna no ve la salida.  Nos abrazamos para proclamar que nos estamos solas.  Tengo en mi haber incontables apretujones de amigas y amigos que se han vuelto familia, porque me desearon felicidad, celebraron mis triunfos y porque dormí en sus casas cuando mi lugar no era seguro. Los vea o no con frecuencia, los siento cerca.  Un abrazo es certeza, ánimo y remedio a la soledad.

abrazo, abrazar, día del abrazo, amor, cariño. He dado y recibido abrazos que cuentan historias de amor y pasión; de aquellos que me llenaron de aleteos la panza  y me hicieron ver el mundo trepada en una nube. Abrazos que me calentaron los pies en el invierno y congelaron mis prejuicios todo el año. Abrazo entregándome sin vergüenza ni pudor hasta dejar de ser yo, porque no hay otra manera de abrazar. Un abrazo es verdadera intimidad, confianza y libertad.

Funcionamos mejor si abrazamos y nos dejamos abrazar.  Es básico darlos, recibirlos y, también, pedirlos.

«Al final, lo que queda es abrazarse, confiar en el otro, amar y dejarse amar en medio de la balacera que es la vida»
Fito Paez

 

 

 

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