2020, un año de desafíos


2020

2020, 2021, Año viejo, Año nuevo, Adiós, BienvenidoHe tenido años excelentes, buenos, malos, peores y el 2020. Física y emocionalmente ha sido agotador y, desde luego, desafiante.

Puso a prueba mi adaptación al cambio en lo laboral y personal. No hubo agenda establecida que sobreviviera y sin plan trazado, sin un «aviso de privacidad», la oficina entró en la casa. Claro, no es la primera vez que enfrento retos mayúsculos, pero en esta ocasión el desafío amenaza mi vida, la de los míos y la de todos; no tener control sobre él me hace sentir vulnerable y frágil.

Sin embargo, en medio de este huracán de sucesos, reconozco lo afortunada que soy y los tantos motivos que tengo para agradecer:

Muchos hogares perdieron un padre, una madre, un hijo, una hija, abuelos, esposa o marido, sin poder despedirse. Otros están luchando con la enfermedad o sus secuelas.
GRACIAS, porque mi familia está completa y sana, y yo también.

Cuántas personas, de un día para otro, fueron privadas de su fuente de ingreso porque cerró su negocio o los despidieron. ¡Qué difícil, con el paso de los meses, encontrar la manera de llevar el sustento a su hogar! Probablemente no hubo una cena navideña abundante, ni obsequios bajo el árbol.
GRACIAS, porque a pesar de tantas dificultades tengo trabajo y, diario, una montaña de trastes para lavar, que indican que hubo comida tres veces al día en mi mesa. También tengo un árbol pequeñito y pude comprar algunos presentes que arrancaron una sonrisa a quienes los recibieron. Ese en sí, es el mejor de los regalos.
GRACIAS porque entre tanta carencia tengo el privilegio de dar y ayudar, y no de necesitar y pedir.

Está prohibida la cercanía, los besos y los abrazos con quienes más queremos; esto nos reseca la piel, los labios y arruga el corazón. Sin embargo, descubrí cuánto cariño, amor y acompañamiento hay en un mensaje o audio de whatasapp, en un obsequio enviado a domicilio o en las caras sonrientes del otro lado de la pantalla en una conferencia de Zoom. Detalles que te salvan el día o la vida.
GRACIAS por la familia y los amigos que abrazan con el alma y sus palabras.

2020, 2021, Año viejo, Año nuevo, Adiós, BienvenidoPor supuesto que hay días que me gana el desasosiego y el miedo, la nostalgía y la tristeza, pero AGRADEZCO que cada mañana no me falten razones para levantarme.  Y aunque el 31 de diciembre no signifique el fin de este desafío, estoy dispuesta a enfrentar los retos, los días buenos y malos que vengan, con un poquito más de esperanza. Uno a la vez.
Llegué con bien hasta aquí y por eso GRACIAS.

 

Deseo que en 2021, sus hogares estén plenos de salud, que no falte el alimento y que el amor sea el motor de vida.

Un abrazo fraterno para quienes han vivido la parte más terrible de la pandemia.

 

“Lo mejor es creer que pasó todo lo que debía. Y al final me quede una sola certeza: haber vivido”.

José Emilio Pacheco

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